jueves, abril 30, 2009

Malasia: Los penan critican la cooperación de Accor con madereros de Borneo


Miembros del pueblo indígena de los penan en Borneo han escrito al director ejecutivo de la empresa hotelera más importante de Europa, ACCOR, pidiéndole que ponga fin a la cooperación de su empresa con los madereros que están destruyendo sus bosques.

ACCOR está construyendo un complejo hotelero de 388 habitaciones en Kuching, Sarawak, con la compañía maderera de Malasia Interhill. Los penan llevan protestando contra la destrucción de sus tierras a manos de Interhill desde finales de los años ochenta.

Setenta y siete penan han firmado la carta dirigida al director ejecutivo de ACCOR, Gilles Pélisson. “Interhill está extrayendo madera de nuestros bosques en contra de nuestra declarada voluntad y sin contar con nuestro consentimiento”, dice la carta. “Sin nuestro bosque, nosotros, los penan, no podemos sobrevivir”.

La asociación suiza Bruno Manser está desarrollando una campaña con el objetivo de que ACCOR abandone su proyecto con Interhill.

La carta de los penan continúa así: “A pesar de nuestras repetidas protestas, Intehill no respeta nuestros límites, sigue cercenando nuestra tierra ancestral y desprecia nuestros derechos nativos consuetudinarios. Es por ello que hemos empezado a trazar un mapa de nuestra tierra y pronto presentaremos una demanda contra Interhill”.

“Dependemos del agua limpia de nuestros ríos, de los jabalíes que cazamos en el bosque y de las frutas y alimentos que recolectamos de los viejos árboles, de las palmeras de sagú y de las vides del junco de indias. Muchos de nosotros padecemos problemas de salud severos causados por la actividad maderera y sufrimos debido a la pérdida de nuestros caladeros de pesca a la vez que la caza se ha hecho mucho más difícil”.

Firma la recogida de firmas contra la cooperación entre ACCOR e Interhill.

Artículo de Survival (28/04/09)

miércoles, abril 29, 2009

Definición de sostenibilidad



Se ha creado una plataforma para reivindicar la inclusión de la palabra sostenibilidad en el Diccionario de la Real Academia. Es estupendo que surja esta iniciativa, ya que señala que la sociedad requiere una nueva palabra para una realidad que anteriormente no existía y por lo tanto no necesitaba ningún vocablo ni definición.

Como nuevo paradigma, la sostenibilidad debería ser, según mi opinión una utopía. La utopía es necesaria para alcanzar cualquier cambio - véase la felicitación de Mandela a Obama - y, por lo tanto, debería definirse como el estado que queremos para nuestro planeta y su vida.

En primer lugar, sostenibilidad debería ser equilibrio, vida en armonía en nuestro planeta. Una vida armónica en un ecosistema llamado Tierra donde los elementos bióticos y abióticos se renuevan de forma orgánica.

En este blog, se recogen propuestas de definiciones de la palabra para proponerlas al Diccionario de la Real Academia. Tras leer algunas, he querido escribir este post para reivindicar que algunas palabras que se citan en dichas propuestas no se puedan vincular de ninguna manera con sostenibilidad:

Productividad – no tiene nada que ver con el funcionamiento orgánico del ecosistema. Únicamente se refiere a la explotación de recursos de forma más rápida y/o eficiente para generar riqueza humana.

Explotación – una palabra tan negativa no puede formar parte de una utopía

Crecimiento – el crecimiento se asocia con capitalismo que es un sistema económico que necesita recursos y crecimiento infinito en un planeta finito.

Medio ambiente – el medio ambiente es una externalidad del sistema capitalista y se concibe por el mismo como una fuente de recursos que el ser humano debe aprovechar. El ecosistema no es propiedad del ser humano y tampoco puede ser dominado. Se rige por sus normas y se autoorganiza como un sistema complejo y sistémico imposible de predecir, regenerar, renovar o sustituir con medios humanos.

Proceso – tampoco se trata de un proceso. Las agendas 21, el desarrollo sostenible (si es que existe), Transition Towns, etc. son herramientas o procesos de cambio. La sostenibilidad es el paradigma deseable.

Sostenibilidad es el paradigma de la convivencia dinámica, compleja y en equilibrio de los elementos bióticos y abióticos que conforman nuestro planeta Tierra.

Me atrevo a decir que es una ideología que acoge nuevas corrientes de pensamiento sistémicas y complejas que tienen como fin constituir sociedades orgánicas en equilibrio dinámico con la Tierra.

Es cierto que es una visión antropocéntrica, pero viniendo de una ser humana no puede ser de otro modo, ya que el pensamiento y la auto-reflexión que entendemos sólo se da en nuestra especie.

NOTA 08/04/2014:
Sostenibilidad no es eficiencia energética ni destrozar medio país y añadirle 'verde': he añadido algunas aclaraciones sobre lo que no es sostenibilidad por más que se pongan la palabra en la boca.

Construir utopías: decrecimiento


Serge Latouche, una de las cabezas pensantes del decrecimiento, en su conferencia en Barcelona del pasado mes de marzo explicó que los cambios sólo eran posibles si se soñaban o si se forjaban utopías que pareciesen inalcanzables.

Para explicar cómo alcanzar una utopía, se refirió a la felicitación de Nelson Mandela al recién nombrado presidente de los Estados Unidos:

"Tu victoria ha demostrado que ninguna persona en el mundo debería abandonar el sueño de cambiar el mundo para transformarlo en un lugar mejor."

En la lucha contra el apartheid, desde hace más de 50 años, Mandela soñó que algún día un presidente pudiese ser negro. Tras 27 años en prisión, en 1990 fue elegido presidente de Sudáfrica. Ahora Barak Obama se ha convertido en presidente de uno de los países que dominan el mundo.

Ahora está en nuestras manos soñar, forjar utopías y transformar nuestro mundo en un lugar mejor.

lunes, abril 27, 2009

Campesinos: localización


[...] Es necesario que la soberanía alimentaria esté en el seno de las decisiones políticas de los gobiernos. La base deben ser las explotaciones agrícolas familiares que utilizan técnicas destinadas a producir los alimentos ecológicos. Esto permitiría de disponer de una alimentación de calidad: sin OGM, sin plaguicidas, sin herbicidas, sin abonos químicos. Pero para alcanzar este objetivo, es necesario que más de 3.000 millones de campesinos puedan acceder a la tierra en cantidad suficiente y que la puedan trabajar por su cuenta en vez de enriquecer a los grandes propietarios, a las transnacionales de la agroindustria y a los comerciantes. También deben disponer, gracias a la ayuda pública, de medios para cultivar la tierra (sin agotarla).

[...] Una reforma agraria de este tipo debe organizar la distribución de las tierras y prohibir las grandes propiedades privadas por un lado, y por otro debe proveer un apoyo público al trabajo de los agricultores.

Es importante señalar que el FMI y sobre todo el Banco Mundial tienen una enorme responsabilidad en la crisis alimentaria, ya que son los que recomendaron a los gobiernos del Sur suprimir los organismos de crédito público para los campesinos y colocaron a los pequeños productores agrícolas entre las garras de los prestamistas privados (a menudo, grandes comerciantes), o de bancos privados que aplican tipos de interés usureros.

[...] Según las encuestas oficiales, el sobre endeudamiento que afecta a los campesinos indios es la principal causa de suicidio de 150.000 campesinos en la India en el curso de los últimos 10 años. Es un país donde precisamente el Banco Mundial tuvo éxito en convencer a las autoridades para que suprimieran las agencias públicas de crédito a los agricultores. Y esto no es todo: durante los últimos cuarenta años, el Banco Mundial y el FMI alentaron a los países tropicales a disminuir su producción de trigo, de arroz o de maíz para reemplazarla por cultivos para la exportación (cacao, café, té, bananas, cacahuetes, flores...). Finalmente, para redondear su trabajo en favor de las grandes sociedades del agrobusiness y de los grandes países exportadores de cereales (comenzando por Estados Unidos, Canadá y Europa Occidental), lograron que los gobiernos abrieran las fronteras de par en par a la importación de alimentos, que se beneficia de las subvenciones masivas de los gobiernos del Norte, lo que ha provocado la quiebra de muchos productores del Sur y una fuerte reducción de la producción de alimentos para el consumo local.

[...] En el plano moral, los derechos de los acreedores, rentistas y especuladores no pueden pesar lo mismo que los derechos fundamentales de 6.000 millones de ciudadanos, pisoteados por el mecanismo implacable que representa la deuda.

Extracto entrevista Eric Toussaint y Damien Millet en Vamos a cambiar el mundo (27/04/09)

domingo, abril 19, 2009

Las ideologías no han muerto, renacen de sus cenizas. Hay que avivar el fuego y apagar la tele. Llamar al pan, pan; al vino, vino; y al ladrón, ladrón

Toda lucha social o política conlleva a su vez una lucha por la palabra, por imponer mensajes y conceptos propios. En esta medida, en las décadas pasadas no sólo hemos perdido espacio político y social, sino también ideológico. El capital y el poder han impuesto sus discursos y muchos sectores los han hecho propios. Pero dejarse robar la palabra es apostar por perder.

Eduardo Galeano en su poema «Los nadies» ha hablado de algo de esto: «Los nadies: los ningunos, los ninguneados. Que no son, aunque sean. Que no hablan idiomas, sino dialectos. Que no profesan religiones, sino supersticiones. Que no hacen arte, sino artesanía. Que no practican cultura, sino folklore. Que no son seres humanos, sino recursos humanos. Que no tienen cara, sino brazos. Que no tienen nombre, sino número».

Los ingresos de los 500 individuos más ricos del planeta son similares a los de los 500 millones de personas más pobres. El principio de los vasos comunicantes de Arquímedes es aplicable también a las ciencias sociales: cuanta más riqueza acaparan los unos, más se extiende la pobreza entre el resto de la población. Existen ricos porque existen pobres... Por eso, pretender combatir la pobreza sin luchar contra la riqueza es un esfuerzo inútil.

Los intereses de quienes tienen el poder y las riquezas y los de quienes carecen de lo anterior no son sólo diferentes, sino opuestos, antagónicos. Ni formamos parte del mismo equipo ni remamos todos en el mismo barco. Las clases sociales no son una reliquia histórica. Siguen existiendo y es la lucha entre ellas y de los sectores populares contra sus opresores la que dibuja el curso de la historia. En un mundo tremendamente desigual, el consenso no puede ser la vía a seguir. Para conseguir que la justicia, la libertad y la democracia atraviesen todos los ámbitos de la vida social la pelea es inevitable.

Los patrones no son «empleadores», sino explotadores. Su objetivo no es crear empleo, sino obtener beneficios. En esa misma medida, la clase trabajadora no es tampoco «un agente social que participa en el proceso productivo», sino alguien a quien se roba la plusvalía y se margina en su trabajo. Pero los trabajadores y trabajadoras no somos «recursos humanos», sino personas. Ni somos ni queremos ser algo equiparable a las máquinas o los créditos bancarios. Por eso, los directores de recursos humanos debieran de seguir llamándose «jefes de personal». Así las cosas estarían más claras.

Sigue en Vamos a cambiar el mundo

Post de Sabino Cuadra Lasarte, en Berriak Egunkaria

sábado, abril 18, 2009

¡CRISis! ¡Principio del cambio!

¡Se acabó! Estoy harta, harta de oír explicaciones, de intentar comprender un sistema que nadie comprende, de intentar adaptarme a esta cosmovisión dominante que nos hace infelices. ¡Se acabó!

No quiero volver a mencionar la palabra empresa, si no es para acabar con ella. No quiero volver a hablar de finanzas, de banca, de gestión o de productividad. Hace años que estoy en total desacuerdo con este sistema que nos esclaviza y nos educa para ello.

¿Recordáis Matrix? Cada vez más a menudo, me siento como una pila que alimenta el sistema. Si todo el mundo tomase la píldora adecuada, cambiaríamos nuestro planeta, dejaríamos de alimentar a las máquinas y al sistema perverso capitalista al que contribuímos con nuestra pequeña dosis de energía "pilera". Somos parte del engranaje y quien diga que no, miente.

¡Basta de hipocresía! ¡Basta de buenas palabras! ¡Basta de convencer! ¡¿A quién debemos convencer, si todas las personas que conformamos esta sociedad hegemónica vivimos asqueadas para disfrutar de unas míseras vacaciones de un mes en el campo o en la naturaleza?!

He sido ingenua. Durante mucho tiempo pensé que debía hablar en el mismo lenguaje de las empresas para que entendieran que lo mejor era cambiar, solidarizarse, contribuir a la mejora de la calidad de vida de la sociedad. ¡Basta! ¡He dicho basta! ¡Basta de Responsabilidad Social Corporativa! ¿RSC? No llega ni a la categoría de oxímoron, el problema es que las empresas no pueden hablar otro idioma que no sea el suyo, no pueden entender nada que no sea crecimiento y productividad. ¡Baaaastaaaa! Un crecimiento y una productividad ¿para qué? ¿Para tener más tiempo libre? ¿Más dinero? ¿Para qué? Adjunto un enlace de un cuento para recordar para qué sirve la productividad.

Ya no confío en que las empresas puedan ser "responsables", ya no confío en el protocolo de Kyoto, ya no confío en nada que no sea el cambio rotundo hacia la localización. Así que desde hoy, este blog ya no se llama "sostenibilidadyrsc". ¡Qué vergüenza me da ahora haber confiado en esto! Desde hoy se llama Insoportablementesostenible. ¡Así soy yo! Con todas las incoherencias a las que me somete el sistema, pero con todo mi rechazo y mi energía para cambiarlo. Quizá debería dejar de escribir y dejar de emitir CO2 con el consumo de energía de este ordenador. Quizá debería regalar mi coche, esa máquina que contribuye a un modelo de transporte individualista, generadora de emisiones de CO2 y consumidora de infrastructuras faraónicas que modifican de forma terrible nuestro querido paisaje. Pero todavía, no. Todavía no quiero hacerlo, todavía pertenezco a este sistema dominante. Veremos cuanto tiempo perdura.

Se acabó el taranná dialogador con monstruos sin personalidad, las personas jurídicas son un invento de camuflaje de la no responsabilidad. Se acabó aproximarme a las empresas. Se acabó la intermediación y el diálogo con no-personas. Ahora sólo quiero formar una nueva comunidad dialogante, responsable y comprometida que cree un nuevo sistema resiliente y autoorganizado.

¡A por el cambio!

jueves, abril 02, 2009

"Podemos tener democracia o podemos tener la riqueza concentrada en unas pocas manos. Lo que no podemos es tener las dos cosas a la vez"
Louis D. Brandei (1856-1941)