jueves, abril 07, 2011

Fe en los coches eléctricos


Ya había leído en alguna ocasión que el sistema económico neoliberal es como una religión basada en la fe. Ejerce una especie de hipnosis sobre las personas que las atonta y las hace creer en sus mecanismos como si fuera la palabra de dios. El encarecimiento del precio de los carburantes es la nueva muestra.

El precio de los combustibles que mueven nuestros vehículos se está poniendo por las nubes. En cualquier tertulia o conversación de bar, se dice que eso era previsible, se oyen quejas sobre la industria automobilística que tiene la solución a nuestros problemas y que no quieren perder el dinero invertido en miles y miles de coches, que tendremos que utilizar coches eléctricos, que los coches eléctricos sustituirán nuestros vehículos actuales. Me pregunto yo: ¿y de dónde van a sacar tanta electricidad para alimentar todos los coches que necesitamos para sustituir el parque automobilístico actual?

Con esta pregunta en mente, inicié una conversación casual relacionada con el tema hasta que formulé mi pregunta.

- ¿y de dónde van a sacar tanta electricidad?

- De las renovables.

- ¡Ah! ¿De los parques eólicos y todo eso?

- Sí

- Pero la electricidad no se puede almacenar, se conduce de un lado a otro con las pérdidas correspondientes. Cuando hay mucho viento, por ejemplo, tienen que parar los parques eólicos para que las redes eléctricas no colapsen. El consumo de los coches es constante y creciente y esa electricidad no es sólo para los coches.

- Algo inventarán.

¡¡¡¡Y de nuevo la fe en el mercado!!!! Desesperante. ¿Cómo se puede llegar a crear alguna cosa con pies y cabeza si no se ven los límites y se cree en la economía como un Dios y la respuesta se deja en manos de la ingeniería? Pues eso, que tenemos una economía-religión y un@s ingenier@s-apóstoles.

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¿No podemos tomar conciencia que nuestra dependencia energética va más allá de un sistema de movilidad que nos resta horas de vida? Antes trabajábamos al lado de casa, las criaturas podían jugar en la calle y respirábamos un aire más limpio. Ahora, como tenemos unas infrastructuras estupendas, con aparcamientos por doquier y unos coches que consumen poquísimo (aunque el precio del carburante sea un pelín más caro) podemos perder dos horas en desplazamientos para ir a trabajar y, como es una práctica habitual - perder ese tiempo encima del coche -; ya no nos importa ir a comprar a unos grandes almacenes donde aparcamos cómodamente y hacemos cola para salir y para entrar; tampoco nos molesta, es más reivindicamos que se hagan más, carreteras que nos quiten espacio público donde pasear y donde l@s niñ@s puedan jugar; también somos felices de vivir en las periferias de las ciudades para necesitar más infrastructuras en el mismo sitio para consumir tod@s a la vez agua, electricidad y acumular residuos. Así se puede centralizar todo y toda la población se puede acumular en la misma región para que el resto del territorio le sirva.

Toda esta parrafada y más es lo que se me ocurre cuando oigo comentarios de este tipo, que, a veces, se modera por algún oyente que suscribe mis quejas:

- Tienes razón, no podemos seguir consumiendo como lo hemos hecho hasta ahora. Pero la sociedad tomará conciencia y consumirá menos.

- Ya. Como ahora, que han limitado la velocidad máxima a 110 km/h en las autopistas y algunos iluminados afirman que con esa velocidad no se puede mantener la atención en la carretera y que habrán más accidentes.

Da igual: coches eléctricos, limitaciones de velocidad, reventar el territorio con parques eólicos o con carreteras o con lo que sea. ¡Somos una banda de ovejas enfermas por el consumismo que no nos deja ver más allá que supermercados llenos de productos de todos los colores y todos los países que saben a lo mismo - a nada - y contenedores de sustancias químicas tóxicas que nos destrozan! Así somos: insípid@s, efímer@s y tóxic@s para nuestro organismo y para todo lo que nos rodea.

A veces pienso en los much@s pensador@s que consideran a la humanidad como una especie que conduce a su autodestrucción: Malthus, Lovelock, Shiva, Meadows, Carlson, por citar algun@s. Entonces pierdo toda mi fe...

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