domingo, julio 15, 2012

Creatividad versus masas bobas

Caminar en una dirección que no coincide con la dirección mayoritaria se puede considerar a grosso modo de dos maneras:

Perspectiva 1. Para el poder dominante, incluidas las masas bobas que ni piensan ni cuestionan las normas, esas personas - las que caminan hacia otro lado - padecen algún tipo de patología molesta.

Es mucho más cómodo tomarse unas cervezas, ver telebasura o pasear por uno de esos centros comerciales gigantes y quejarse en el bar que papá gobierno no nos resuelve la situación. Romperse la cabeza, plantearse si se deben cambiar las normas y moverse para ejecutar los cambios es demasiado complicado para la masa boba que espera que esta crisis pasará en uno o dos años.

Si alguna de esas personas - las que caminan hacia otro lado - plantean o cuestionan alguno de los preceptos normalizados; el poder dominante, incluidas las masas, las consideran molestas, ya que salir de la zona de confort requiere un esfuerzo. Zygmund Bauman diría que las personas que caminan hacia otro lado son parias, la sociedad las considera como un coste social a eliminar.
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Perspectiva 2. Para una minoría, esas personas - las que caminan hacia otro lado -, si son capaces de manifestar lo que sienten o piensan y de aceptar los momentos de soledad y frustración que se viven en el proceso de maduración de nuevas ideas, son personas creativas y valientes.

Esas personas - a partir de ahora, las llamaré creativas - son excepcionales, no tanto por las nuevas ideas y/o creaciones, sino por el esfuerzo y las etapas que deben ir quemando para conseguir esa creatividad:

1. en el proceso de conocimiento interior, se han percatado de que la normalidad es simplemente una media de una suma de cosas y que alguien "normal" no existe, sólamente es un cálculo.

2. en el contexto social, se crean unas normas para que exista una convivencia. Si esta convivencia se diera entre personas creativas - capaces de pensar por sí mismas y responsables de todas sus acciones y de las consecuencias de sus decisiones, estas normas serían consensuadas. Pero como las personas creativas son consideradas parias por las masas normalizadas, se dictan normas para personas "normales" que sólo saben obedecer, como mucho criticar en el bar y reivindicar la solución a papá gobierno y su banda de secuaces.

Así, el esfuerzo que deben hacer para aceptar su anormalidad y convivir con personas que aparentan ser lo que no son para seguir la norma es enorme; pues no sólo deben enfrentarse a lo aprendido, sino que también deben enfrentarse a su entorno normalizado.

3. en la creación, viene la parte de utopía, imaginar cómo quieren las cosas y hacer lo posible para dirigirse hacia ellas; es decir, deshacerse de aquello aprendido y socialmente normalizado y crear; aún a sabiendas de que tendrán sus propias barreras psicológicas y las barreras impuestas por su entorno normalizado.

4. finalmente, tener el coraje para vivir en coherencia según los propios criterios, el coraje de no rendirse ante el paradigma dominante y el coraje de seguir cuestionando si aquello normalizado, se quiere seguir aceptando.

El desencadenante de esta reflexión fue a partir de la entrada de Josep Nogué "Explicitus 11" y del trozo del libro "Siempre Bienvenidos" de uno de mis escritores de referencia, John Berger:

"Yo no puedo decirte en qué influye el arte ni mucho menos cómo influye, pero sí sé que a menudo el arte ha servido para juzgar a jueces, para vengar inocentes y para mostrar al futuro lo que fue un pasado de sufrimiento, algo que no puede ser olvidado. Sé también que el poder teme al arte cualquiera sea la forma en que se manifieste; al ocurrir eso, y cuando una manifestación artística, la que sea, corre como un rumor entre la gente acaba convirtiéndose en leyenda porque ofrece un sentimiento, una conciencia de que la vida llena de brutalidades no debe consentirse, lo que se convierte en un sentimiento que nos une, un sentimiento, al fin y al cabo, inseparable de la justicia. El arte, cuando adquiere esa función, deviene en un lugar donde se manifiesta lo invisible, lo irreductible, lo más duradero, lo que deleita y es honorable."

2 comentarios:

José María Arroyo Bermúdez dijo...

Cuanta verdad, joder, y que alegría converger con alguien en estas ideas. El aleteo contra corriente es una de mis especialidades, incluso cuando trabajaba como buzo. Muchas veces me lo han reprochado, o han intentado que me sintiera mal por desmarcarme de los criterios generalizados (los de la masa boba), pero debo ser bastante testarudo porque he seguido en mis trece. Un alivio leerte.

Cris Pérez-Vàzquez dijo...

¡JM!

¡Yo también estoy contenta de encontrarme y sincronizar con personas creativas como tú!

Cuando era pequeña, lloraba de rabia cada vez que veía una injusticia y mi madre me reprendía disgustada. Me decía que vivía en un mundo de color de rosa.

¡No puedo evitarlo! Las masas bobas son injustas, la ignorancia no las perdona. Lo único que nos queda a las personas creativas es darnos el apoyo que necesitamos para continuar en nuestro mundo de color de rosa y no dejarnos llevar por la ira y la desesperación de ir a contracorriente.

¡Un abrazo!