lunes, febrero 18, 2013

Código de barras

Nunca me habían dejado tan claro que soy un código de barras. Este fin de semana fui a practicar un deporte considerado socialmente como "privilegiado" o para personas con cierto poder adquisitivo y como los criterios de valoración actuales se basan en lo que la gente tiene en la cartera, pues eso, que si vas a esquiar parece que eres unx "pro".

El caso es que me vendieron el forfait, entré en la pista entre unas vallas metálicas como las de los encierros y lo escanearon. Me sentí como una oveja o una vaca que entra en el recinto de feria, me dejaron bien clarito que soy un número, un código de barras.
Continúa

Después evidentemente, me dirigí a lo borrego a hacer cola para subir a una silla mecánica que me quita el esfuerzo de subir a la cumbre para, en teoría, regalarme con una bajada por un desierto blanco. Después de diez años sin calzarme unas botas de esquí, me bajé de la silla para caerme de morros. Afortunadamente para las personas que todavía estaban subiendo, me pude apartar a tiempo para que no tuvieran que parar el mecanismo y no exponer al resto de 'borregxs' al viento que congela los mocos y al péndulo de la silla suspendida en el cable.

Así que me calcé y me dispuse a disfrutar del 'maravilloso' descenso. Con bastantes dificultades, me coloqué en posición de bajada y haciendo peripecias para no perder equilibrio, intentaba sortear los obstáculos que se presentaban: esquiadorxs expertxs, novatxs, surferxs, palillerxs, botes, placas de hielo, acumulaciones de nieve... Después de mi 'gag' lamentable, comentar que ese descenso en un entorno 'natural' debería compensar las colas, ser tratada como una borrega, las caídas, el frío, etc. ¿Cómo se puede disfrutar con esquís y gente por todas partes? ¿La diversión consiste en coger la máxima velocidad para sortear otrxs humanoides disfrazados con colores estridentes y gorritos de carnaval?

Después de pasarlo 'tan bien'. Viene la parte de cola para volver a casa. Así que si no nos habíamos sentido suficientemente 'borregxs', nos volvemos a situar en nuestro transporte privado motorizado detrás de todo el resto de coches para llegar a casa. Por cierto, la contaminación atmosférica debe ser terrible, pues con el frío todo ese CO2 debe de quedarse bien pegadito al valle contribuyendo a que podamos respirar mejor. Quizá es una buena trampa de Gaia para matarnos por asfixia y controlar esta pandemia que es la humanidad.

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