Llevo días queriendo leer sobre la noticia aparecida de la relación del móvil con el cáncer. Un equipo de investigación realiza unos estudios, los pulica y surge la polémica.
La sociedad está acostumbrada a que el estado o las instituciones recomienden qué tenemos que hacer y cómo. Las personas nos transformamos en simples marionetas en manos de un paternalismo que, en teoría, debe protegernos. Pero, ¿qué pasa cuando no es así? ¿qué ocurre cuando la clase política está condicionada por las grandes corporaciones? ¿qué sucede cuando ni siquiera las personas que velan por nuestra seguridad tienen la información completa de las consecuencias de una nueva tecnología como el móvil o la wifi, por ejemplo?
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No podemos ser libres si no tenemos información. La información debe circular libremente para que las personas que quieran, puedan consultarla y contrastarla.
El problema principal viene por quien tiene el control, quien filtra la información y quien subvenciona las investigaciones. La investigación, a menudo, se financia con fondos privados. Evidentemente, Repsol no financiará un estudio para investigar las consecuencias de la extracción en la salud y los pocos estudios que existan intentará que no se publiquen, si las conclusiones le perjudican. Lo mismo sucede con Monsanto y los efectos del uso de los transgénicos o con Nokia o Sony y el uso de los móviles.
Nos hemos acostumbrado a una ciencia sin incertezas, una ciencia que tenía unas causas y unos efectos delimitados, muy claros. Pero eso sólo sucede en un laboratorio. La vida real se rige por factores inciertos, intereses en disputa, riesgos elevados y con decisiones que deben tomarse de forma acelerada a causa de la competencia, el mercado y el consumismo.
Dar a conocer las investigaciones y conclusiones de aquello que se investigue sería propio de una sociedad libre con medios de comunicación heterogéneos e independientes. Publicar este tipo de noticias sin recomendaciones puede ser el inicio para que el principio de precaución se imponga por encima de los intereses y la rapidez de las grandes corporaciones.
La ciencia postnormal, postacadémica y de modo 2 parece que están apareciendo para que la ciencia deje de ser un dogma para convertirse en un fruto más del contexto social en el cual se produce. No vivimos en un laboratorio en condiciones controladas. Vivimos en un sistema complejo donde es difícil separar y delimitar las causas de los efectos, donde los intereses se cruzan y donde la ciencia independiente encuentra sus recovecos para llegar al público.
Una sociedad libre debe implicarse, debe tomar decisiones de forma activa, debe tener la información.
Bienvenida ciencia postnormal. ¡Basta de paternalismo y desinformación!
Benito (2011) "La incertidumbre perjudicial para la salud" El País (1/6/11)
Ibáñez "Píldora de Conocimientos V. Blogs científicos"
International Agency for Research and Cancer (2011) "IARC classifies radiofrequency electromagnetic fields as possibly carciogenic to humans"
Jiménez-Buedo y Ramos (2009) "¿Más allá de la ciencia académica? Modo 2, ciencia postacadémica y ciencia posnormal" Arbor. Ciencia, pensamiento y cultura CLXXXV 738 (721-737) doi: 10.3989/arbor.2009.738n1048
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