Keynes decía
en el 1930 que si se reducía la jornada laboral a 15 horas semanales, el trabajo podría redistribuirse y el resto del tiempo se podría dedicar a lo que se llama 'calidad de vida' y que poco tiene que ver con el dinero. La calidad de vida tiene mucha más relación con la salud, sin salud, no hay calidad de vida.
84 años ha tardado Suecia, en empezar a experimentar la reducción horaria a 30 horas
semanales. Las autoridades suecas defienden que esta reducción ayudará a la gente a sentirse mejor física y mentalmente y que aumentarán la eficiencia del trabajo, ahorrar fondos estatales y abrir nuevas oportunidades laborales.
Continúa
Van a
experimentar con algunas personas trabajadoras del municipio de Gotemburgo. Unas trabajaran 6
horas diarias y el resto 7 horas para analizar la mejora en el rendimiento. Me
pregunto que indicadores fiables harán servir para convencer a las empresas de
la mejoría. Lo que está claro es que no sólo son las empresas quienes tienen
que cambiar la mentalidad, sino la propia sociedad. La sociedad tiene que tener
una cierta madurez para saber qué hacer con su tiempo libre y que el tiempo
libre lo destinen a todas aquellas cosas que tienen pendientes por hacer y que
no requieren más dinero ni más consumo.
¿Seríamos en
otros países capaces de trabajar menos horas sin necesitar más dinero para
nuestro tiempo de ocio? A la vista de cómo se llenan los supermercados y las
grandes superficies, tengo algunas dudas.
¿Seríamos
capaces de compartir nuestra jornada laboral con otras personas para reducir el
paro? A la vista del ansia por hacer horas extras y ganar más dinero y más
dinero en época de la burbuja immobiliaria, también me parece que nos falta un
pelín de madurez.
¿Seríamos
capaces de hacer todo aquello que decimos que nos gustaría hacer: tener un
huerto, hacer bricolaje, manualidades, leer, aprender idiomas, etc. y que
ponemos como excusa no tener tiempo?
La solución
a nuestros grandes dilemas está y la sabemos. Casi todo el mundo está de
acuerdo en repartir el trabajo, en que la solidaridad es una gran cualidad
humana, en que nos gustaría trabajar menos y tener más tiempo libre y demás
blablablases. Del dicho al hecho hay un trecho.
Así que
dejemos de lamentarnos sobre las pocas soluciones de los gobiernos, dejemos de
quejarnos de la corrupciones y de la banda de chorizxs que nos complica la vida
y empecemos a deslegitimar su poder. Tenemos opciones creativas para hacernos
cargo de la crisis de lxs ricxs, sólo tenemos que apretarlos para que dejen de
robarnos. Nuestros hospitales y escuelas están financiados con nuestro dinero;
dejemos de dar nuestro dinero a lxs corruptxs y sigamos financiando nuestros
hospitales y nuestra educación. Dejemos de esclavizarnos a un modelo y unas
normas laborales que nos extorsionan y asociémonos para crear nuestro propio
sistema. No necesitamos su moneda ni su dinero ni sus puestos de trabajo. Son
ellxs quienes nos necesitan, es el pueblo quien tiene el poder, sólo tiene que
aprender a dialogar, a escuchar, a adaptarse para llegar a acuerdos de
ganar-ganar.
Existen
tantas alternativas que me da lástima pensar que tenemos una sociedad inmadura.
Ghandi dijo cuando después de conseguir la independencia de la India y de que
estallaran los conflictos entre religiones: "la sociedad no está
suficientemente madura para la India de la convivencia"
Yo creo que
sí, que estamos preparados para entrar en la escucha activa, en el diálogo y en
la discusión para llegar a objetivos afines. No se trata de ser ni de derechas
ni de izquierdas, eso forma parte del pasado. Existen momentos que requieren
unas acciones y existen otros momentos que exigen otras. Todas las personas
tenemos formas de pensamiento incongruentes bajo una única ideología y
mantenernos en ella nos conduce a la obstinación individual y al desarraigo
actual.
Debemos dar
paso a la sociedad de la cooperación y del diálogo, de las discusiones y las
críticas constructivas. Asimilar las críticas e incorporarlas, ¡hay que
interiorizarlas!
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