miércoles, octubre 22, 2008

¿Querrán escucharnos ahora?

Por Iolanda Fresnillo de l'ODG

Estos días asistimos, algunos atónitos, otras con un rintintín de «ya decía yo que esto estallaría algún día», a la mayor crisis de la economía capitalista neoliberal. Asistimos también atónitos a las medidas que van desplegando los diferentes gobiernos y que van sin duda dirigidas a hacer el batacazo menos sangriento para aquellos que generaron la crisis, pero que poco tienen que ver con los que más van a sufrirla.

Porque esta crisis, que de momento tiene pinta de gráficos que caen en picado en las pantallas de Wall Street, pronto se contagiará a lo que llaman economía real (porque la otra es algo imaginaria) y tocará sin duda a los más débiles. Trabajadores y trabajadoras de todo el mundo que verán como sus empleos se hacen aún más precarios e inestables, o incluso desaparecerán.

Entre los que pueden sufrir más la crisis están los países más empobrecidos. Aquellos países que durante años han visto sus economías ajustadas a las necesidades de las economías del Norte, gracias a los sabios consejos de instituciones como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional, ahora se ven más expuestos que nadie a los efectos reales de la crisis. Sus exportaciones se verán reducidas al reducirse la capacidad de consumo en el Norte, y será difícil y costoso pasar de producir aceite de palma para biodiesel a producir alimentos para sus ciudadanos.

Sus ingresos vía crédito internacional, ayuda oficial al desarrollo, remesas de emigrantes o inversión extranjera se verán también sustancialmente rebajados. Sus pagos de deuda externa se verán incrementados, al aumentar los tipos de interés. Sus trabajadores verán como las empresas extrajeras que habían abierto fábricas y maquilas, las cierran hasta que lleguen tiempos mejores. Sus poblaciones tendrán cada día más dificultades para pagar los crecientes precios de los alimentos, aunque sus campesinos no cobren más por producir esos mismos alimentos.

En definitiva, los países del Sur, que nada tienen que ver con el origen de esta crisis, estarán entre los que más la sufran. Pero las medidas que se tomen, poco tendrán que ver con sus necesidades.
Desde los movimientos y organizaciones sociales que nos identificamos con eso de otro mundo es posible, venimos diciendo hace años que la economía neoliberal es altamente especulativa, y que la burbuja financiera (como la inmobiliaria) iba a estallar algún día. Proponíamos ya hace tiempo, y seguimos haciéndolo, tasas para el control de los flujos de capital o el cierre de paraísos fiscales, nos oponemos a la liberalización radical de los mercados financieros, ponemos sobre la mesa alternativas a la arquitectura financiera internacional. Hace años que afirmamos que hay que superar de una vez esa salvaje etapa de capitalismo neoliberal y pasar a otro mundo, otro modelo económico al que me niego a bautizar, pero que es más humano, solidario, sostenible y justo.

¿Querrán escucharnos ahora? Si quieren oír de alternativas reales y posibles, sepan que estos días celebramos en todo el mundo la Semana de Acción Global contra la Deuda y las Instituciones Financieras Internacionales (www.quiendebeaquien.org). Serán muy bienvenidos a construir el futuro con nosotros.


Diario Palentino

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