Greenpeace ha publicado un listado de productos transgénicos en la "Guía roja y verde de alimentos transgénicos" (5a edición). Algunos de los productos que, según esta publicación, deberíamos evitar por las repercusiones inciertas que los OMGs pueden tener en nuestra salud o en nuestro entorno son:
- Productos del grupo SOS: Carbonell, Koipe, Tecen, Dacil, SOS, Procer, Louit
- Unilever: Flora, Ligeresa, Tulipán, Knorr, Calvé, Maizena, Lipton, Frigo
- Nestlé: Maggi, Buitoni, Litoral, Solís, La Cocinera, Nesquik, Nescafé, Bonka, Eko, Ricoré, Golden Grahams, Fitness, Crunch, After Eight, Kit Kat, La Lechera
- Danone: Blédina, Milupa
- Delaviuda
- Facundo
- Fripan
- Kellog's
- Pepsico: Matutano, Lay's
- Procter&Gamble: Pringles
- Royal Canin
- Joyco (Wirgley): Solano, Orbit, Juicy Fruit
- Zahor
Continúa
Un transgénico u Organismo Modificado Genéticamente (OMG) es un organismo vivo que ha sido creado artificialmente manipulando sus genes. La manipulación genética consiste en aislar segmentos del ADN (el material genético) de un ser vivo (virus, bacteria, vegetal, animal e incluso humano) para introducirlos en el de otro. Por ejemplo, el maíz transgénico que se cultiva en España lleva genes de bacterias, para producir una sustancia insecticida.
Y la patata transgénica aprobada en marzo de 2010, lleva un gen que podría anular el efecto de ciertos antibióticos.
La diferencia fundamental con las técnicas tradicionales de mejora vegetal es que la manipulación genética permite franquear las barreras entre especies para crear seres vivos que no existían en la naturaleza.
(...) El cultivo de transgénicos supone incremento del uso de tóxicos en la agricultura, contaminación genética, contaminación del suelo, pérdida de biodiversidad, desarrollo de resistencias en insectos y ‘malas hierbas’, riesgos sanitarios y efectos no deseados en otros organismos. Los efectos sobre el conjunto de los seres vivos son irreversibles e imprevisibles.
(...)
Los OMG refuerzan el control de la alimentación mundial por parte de unas pocas empresas multinacionales.
(...) La actual legislación europea de etiquetado obliga a etiquetar los
productos que deriven de cosechas transgénicas, independientemente de la
presencia de ADN o de proteína ‘transgénica’ en el producto final. Así, cualquier
alimento que contenga OMG o ingredientes que deriven de éstos debe declararlo
en su etiqueta.
(...) Un alto porcentaje del maíz y de la soja que llegan a España provienen de países que cultivan transgénicos a gran escala, como Argentina o Estados Unidos.
(...) Algunos ejemplos de ingredientes y aditivos derivados del maíz y de la soja, y por tanto ‘sospechosos’ de tener un origen transgénico, son:
- Soja: harina, proteína, aceites y grasas (a menudo se ‘esconden’ detrás de la denominación aceites/grasas vegetales), emulgentes (lecitina–E322), mono y diglicéridos de ácidos grasos (E471), ácidos grasos.
- Maíz: harina, almidón*, aceite, sémola, glucosa, jarabe de glucosa, fructosa, dextrosa, maltodextrina, isomaltosa, sorbitol (E420), caramelo (E150), grits
En la guía aparece esta información al completo, así como una tabla con los productos a evitar y aquellos que no contienen OMGs.
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