Ante la incapacidad del sistema y de las personas que lo dirigen de reconducir la economía, las monedas locales se extienden por el mundo. Son la oportunidad que tiene la ciudadanía de retomar la soberanía y construir sus nuevas normas y una economía al servicio de las personas, en lugar de las personas al servicio de la economía.
En los lugares donde funcionan estas monedas, se crean redes de intercambio de productos, servicios y conocimientos con una moneda controlada localmente, prescindiendo de la moneda oficial, de sus mecanismos de control y de las tasas impuestas por esos intercambios en los mercados oficiales.
De Economistas sin fronteras |
En el estado español, existen muchas iniciativas algunas de las cuales se pueden consultar por regiones en el mapa de este enlace.
Mi primera experiencia con monedas alternativas fue en Totnes (Bristol). En ese pueblo, la moneda local funcionaba conjuntamente con la libra esterlina. En los comercios, podías comprar con las dos monedas. El valor era el mismo y las cajas de los comercios me recordaban a las cajas dobles que había en Andorra, cuando la peseta y el franco francés cohabitaban en mi país.