en Barcelona sólo hay un barrio con pinta de gueto, y ese barrio es Pedralbes. En Pedralbes encontramos buena parte de los elementos característicos antes mencionados. Homogeneidad étnica, cultural, religiosa y socioecónomica. El Ayuntamiento de Barcelona debería tomar medidas para evitar su aislamiento. Diversificando sus usos, sus gentes, sus lugares comerciales o de ocio, sus escuelas, sus calles y plazas. En los datos que maneja el consistorio no hay nunca sorpresas. Pedralbes es siempre el líder en esperanza de vida, en menor tasa de paro, en mayor tasa de titulados superiores, o en la poca presencia de personas con insuficiencia de instrucción. Si creemos que la ciudad debería ser más agora que ecclesia, necesitamos diversificar usos, lugares, espacios, gentes y maneras de hacer y ganarse la vida. Y es ahí cuando el Raval es el ejemplo que seguir, y Pedralbes el caso que evitar. Los espacios públicos del Raval están siempre a rebosar. Como demostración de la vitalidad de sus gentes y de lo precario de sus viviendas. Los espacios públicos de Pedralbes asustan por su soledad. Apenas unas sombras nocturnas paseando perros o unas siluetas matutinas moviendo cochecitos. Un ejemplo de la correlación negativa entre calidad de residencia privada y uso del espacio público. Si buscamos una ciudad compleja y rica en matices y formas de vida, deberíamos facilitar la vida a aquellos que más complejidad soportan (Raval) y deberíamos complicar la vida a aquellos que más simplicidad sobrellevan (Pedralbes). No estaría mal imaginar unas cuantas iniciativas de vivienda social para jóvenes o ancianos en Pedralbes, algunas iniciativas para diversificar escuelas o centros de asistencia primaria, y tratar también de mejorar las ratios de uso de los jardines y plazas. Todo ello antes de que el gueto de Pedralbes acabe siendo un peligro.
Joan Subirats es catedrático de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Recorte El País, 21/07/05
No hay comentarios:
Publicar un comentario