Esta mañana me informaba sobre la negociación colectiva y qué importancia tenía la reforma de la misma. La negociación colectiva es el acuerdo en base al cual se establecen las condiciones laborales aplicables a la generalidad de los trabajadores.
En base a esta definición. He rescatado aquello que más me ha llamado la atención sobre la reforma de la misma: la inclusión en el preámbulo de vincular los salarios con la productividad. He leído críticas, denuncias sobre otros aspectos, pero no he encontrado ninguna frase que cuestionara ese vínculo y me he preguntado: ¿se tratará de un dogma?
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Casualmente y en respuesta a mi reflexión, he visitado la web de una iniciativa de la Agencia Regional de Mejora de las Condiciones de Trabajo - ARACT - del Languedoc Roussillon que muestra la degradación del trabajo debido a "Más duro, mejor, más rápido, más fuerte" - lema del dibujo animado para este fin.
"La productividad se debe asociaciar al salario para que a la empresa le sea rentable la contratación" Ese es el dogma que nadie cuestiona, basado a su vez en frases del tipo: "Si no se exige productividad, las personas no trabajamos, somos vagas por naturaleza"; "trabajar es obligatorio" o otras más religiosas: "ganarás el pan con el sudor de tu frente"
El trabajo es un castigo, las personas no podemos ir felices a trabajar. Afirmar que te lo pasas bien trabajando, se traduce en oídos ajenos en que no das palo al agua.
Debes sufrir el trabajo. Debes lamentarte de lo duro que es trabajar; que siempre se te exige, no eres tú quien tiene la iniciativa de mejora. Si introduces alguna mejora y te la reconocieran, no podrías lamentarte y qué mal quedarías en el bar....
De ahí que, cuando nos vinculan productividad con salarios, a nadie le rechinen los oídos. Que nos hagan hacer las cosas más rápido, mejor y sin descanso es normal (es un comentario cínico)
¿Qué hay de la calidad del trabajo? ¿De la paciencia y el artesanal de producir cualquier cosa? Digo producir en el sentido más amplio de la palabra.
Es cierto que las empresas y la patronal viven al servicio del dinero. Pero que no se critique y se acepte sin más la vinculación de salarios con productividad me parece denigrante. Pronto estaremos en maquilas o en condiciones similares a las fábricas en Marruecos, China o Malasia que tanto criticamos y que son tan rentables y productivas.
Como el otro día se dijo en las Jornadas de Les Dones Primer, la globalización cada vez aproxima más los niveles de vida hacia abajo, hacia la precarización.
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