De Petra Kelly en el Bundestag (1983)
"Todo poder estatal es relativo. Si se entiende la obediencia como elemento de convivencia, la lealtad tiene sus límites allí donde se pone en juego el bien de la comunidad. El sí al Estado es siempre un sí condicionado. La constatación innegable de la injusticia de un mandato es criterio decisivo para la oposición a determinadas prescripciones de la autoridad estatal. [...] La cuestión decisiva es que las leyes del Estado no son leyes absolutas... En determinados casos, en los que están en juego cuestiones de gran relevancia moral, la desobediencia pacífica a la ley, acompañada de determinadas medidas de precaución que ayudan a mantener el respeto a la institución del derecho, no sólo es legítima, sino que se convierte en una obligación de conciencia"
Continúa
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